Desde que soy fotógrafa de comuniones en Cantabria, y cada vez que hago un reportaje de fotos, recuerdo cómo fue mi propio reportaje de comunión. Yo era una niña algo tímida y no me gustaba nada posar, la situación me daba una terrible vergüenza y justo antes de empezar, lloré porque no me gustó el peinado.

Lo viví como un momento incómodo, largo y aburrido dentro de un estudio un tanto impersonal.

Por eso, en mi fotografía de niños no quiero repetir aquella experiencia. Busco ofreceros un reportaje de comunión diferente, fotografías naturales, sencillas y sinceras.

Aunque el objetivo es tener un bonito recuerdo de esta etapa en la vida, mi misión también es que los niños se diviertan y lo pasen bien. Creedme cuando os digo que todo es más fácil y divertido cuando jugamos, hacemos carreras o trasteamos un poco (¡tranquilas mamás!, siempre estoy con un ojo puesto en su vestido/traje).

Las risas de verdad no se pueden fingir, y esas son las que hacen que veáis a vuestros hijos tal y como son en una fotografía.

Que se lo digan a Natalia, que disfrutó a tope de su sesión de comunión en la playa, bailamos con el viento del norte y ella simplemente brilló de principio a fin.

Si buscas fotógrafo de comunión en Castro Urdiales y alrededores, quédate a ver su precioso reportaje.

Todas las historias merecen ser contadas, y me encantaría contar la suya.

Más comuniones diferentes

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